Tener algún problema en el trabajo es completamente normal. Trabajas con otras personas que tienen una personalidad diferente a ti y eso puede provocar un poco de fricción. Además hay que sumarle la presión o responsabilidad que puede tener una persona dentro de un proyecto. A pesar de que esto pase constantemente, los conflictos se deben resolver para una mejor productividad y rendimiento en la empresa.

Comunicación

La falta de comunicación suele ser uno de los principales problemas en las organizaciones, especialmente en las más grandes. Por este motivo suelen haber varias confrontaciones, ya que puede haber una perdida de información o de tareas relevantes para el desempeño de un proyecto. Para remediar este asunto, se pueden implementar muchas medidas.

  • La primera y más importante es la comunicación del problema con tus compañeros y superiores para intentar que mejore el flujo de información.
  • También supone un gran beneficio y ahorro de tiempo y esfuerzo implementar alguna herramienta en la que se puedan asignar tareas directamente. Un ejemplo de esto es Asana. Puedes gestionar diferentes proyectos a la vez y asignar tareas a cualquier miembro del equipo. Es fácil añadir información complementaria y archivos adjuntos a la tarea. Además, tienes recordatorios y notificaciones vía email y cada tarea tiene su deadline.
  • Si sois un poco más tradicionales y preferís algo más convencional, siempre podéis establecer un período para hacer reuniones. Lo más recomendado es hacerlas semanalmente y en lunes. La idea es que en estas reuniones cada miembro del equipo explique qué ha hecho y qué va a hacer, qué problemas han surgido, etc…

reunión de trabajo

Control

Muchas veces no nos damos cuenta, pero es posible que los conflictos los estemos originando nosotros mismos. A lo mejor hemos realizado un mal gesto, una mala cara o hemos tenido una mala reacción y no nos hemos enterado. Es por esto, que debemos ser conscientes de nuestra actuación en el conflicto y valorarla desde una posición más objetiva. De esta manera, podremos evaluar correctamente la situación e identificar cómo solucionar el problema.

Las ideas claras

Cuando se da un conflicto, lo más importante es que cada una de las partes tenga sus ideas claras para comunicárselas de manera más efectiva a la otra persona. Cuando te vas por las ramas, o no sabes qué o cómo decir lo que quieres decir, todo se hace más difícil. Es posible que si no se tienen las ideas claras, tus argumentos se puedan mal interpretar, lo cual es contraproducente.

Escucha

Es difícil escuchar a la otra persona cuando hay un conflicto de por medio. Siempre se quiere llevar la razón, pero para resolver esta situación es preciso escuchar los argumentos de la otra persona. También hace falta añadir que la escucha debe ser activa, es decir, hay que prestar atención a lo que se dice. Recuerda que todo problema tiene dos versiones y es preciso tener la perspectiva de ambas para poder llegar a resolverlo. Por eso mismo, es importante que intentes entender la otra perspectiva y que empatices con su situación y punto de vista.

Recurre a otra persona

Como recurso final, puedes acudir a un supervisor o a un compañero para que haga de mediador. La idea es explicar el problema lo más neutral posible a la otra persona, de lo contrario, puede parecer más una acusación o una queja.